Riccardino es el último libro de la serie Montalbano, de Andrea Camilleri, publicado en España con retraso, tras el fallecimiento de su autor el año pasado. Por tanto, es el momento de dejar constancia de los buenos momentos pasados con sus personajes e historias, de ese pueblo imaginario, del cangrejo de las sobremesas y de los platos abundantes y apetitos que se hacían por Enzo y Alina. Unas novelas que han marcado estilo en la novela policiaca del sur de Europa, más vitales que las que se escriben en el norte de Europa. Aquí, no se puede negar el impacto de Carvalho, el detective que salió de la imaginación de Vázquez Montalbán, y que traspasan el uso de su nombre.
Los libros finales de series dejan huella. En nuestro caso, una historia de celos e infidelidades con ramificaciones mafiosas. Pero esta trama, sobre todo, da pie a unos diálogos entre Montalbano y Camilleri, aparentemente sobre el esclarecimiento del crimen, pero sobre todo sobre el cansancio que aconseja la retirada, en este caso al final de la vida y, en definitiva, sobre la relación entre un autor y un personaje. Páginas espectaculares.
Paradójicamente, está no estaba destinada a ser la última novela de la serie, después del impulso recibido al protagonista después de la primera elaboración de Riccardino en 2006. En un momento dado, el autor lo guardó y lo reviso muchos años después, cuando su ceguera le impedía la lectura. El aggiornamento de la historia permitió que las situaciones tuvieran una descripción actual, por más que la esencia de la historia sean de hoy y de siempre.
No obstante, si que tiene numerosos elementos de fin de camino, fruto del cansancio del autor sobre el personaje.
Fuera de este hecho, es una novela bien armada, la mejor de las últimas. Un crimen de uno de los cuatro excursionistas, en el centro de Vigatà antes de hacer su ruta y que sucedió pocos minutos después de una llamada telefónica a Montalbano, da pie a una historia de infidelidades y de amistades burladas; de personajes fantasmagóricos (como la vidente), de bullying profesional, de suburbios, fábricas, caminatas y cansancio vital.
Una novela en donde se recogen los mitos del caos en el que siempre se ha movido Italia: mafia, corrupción, iglesia y democracia cristiana, vertientes de un fenómeno común. Todo ello pasa por las páginas de la novela. Y también, por qué no decirlo, la organización del desgobierno italiano, de lo que vemos a diario sus episodios cotidianos con una coalición neofascista que se puede romper antes de empezar a gobernar por su incapacidad. Nada que no sea esperable estando Meloni y Berlusconi por medio.
Por ello, merece la pena muy encarecidamente la lectura de Riccardino.