“Offshore”, de Petros Markaris

Conectado con uno de los últimos post que he publicado, Paraísos fiscales (2017) traigo aquí la última novela de Petros Markaris (Estambul, 1937), Offshore, que ha sido publicada en castellano en las últimas semanas. Una novela cuyo protagonista central es, de nuevo, el comisario comisario Kostas Jaritos, que viene acompañándonos en la panorámica que viene haciendo el autor de la situación griega desde los Juegos Olímpicos hasta ahora; permitiendo ver auge, caída y situación actual de Grecia.

En Offshore, se aborda un problema de varios homicidios vinculados al sector naval. Se trata de homicidios con una secuencia rápida en planteamiento y esclarecimiento pero que van dejando insatisfecho al protagonista, lo que nos permite adentrarnos en otra problemática, vinculada a  las paradojas de Grecia y de este sector económico.

De entrada, el dinero parece que ha vuelto a Grecia tras los años de los recortes impuestos por la Troika. Unos recortes cuyas finalidades nunca estuvieron claras -en la medida en que una parte servía para pagar a los bancos alemanes y franceses- y que provocaron un empobrecimiento generalizado de la economía y la sociedad griegas. La sorpresa es que vuelven los atascos, las colas en los restaurantes y que incluso el propio negocio jurídico de Katerina, la hija de Jaritos, es boyante. Con lo cual, la burbuja inmobiliaria empieza a crecer… al igual que los sueldos de los funcionarios.

Que Grecia, de la noche a la mañana, pase a estar en esta situación muestra el juego de la economía sumergida y de cómo aflora puntualmente para dar un poco de cobertura al sistema. Una economía que, al igual que en España, muestra las debilidades del Estado que hace que nos encontremos ante una situación parecida a la del Estado fallido.

La trama se desarrolla sobre varios homicidios de propietarios de navieras e incendios en los buques. Empresas que estaban radicadas fuera de Grecia y que, de pronto, comienzan a retornar al país. Deslocalización que se produce por razones económicas y relocalización que es consecuencia de que en el mercado del Derecho administrativo naval Grecia empieza a proporcionar condiciones beneficiosas. Condiciones que se hacen, al mismo tiempo, mirando para otro lado en muchos de los problemas que plantea. De nuevo, reaparece el Estado fallido.

Posiblemente el sector naval es de los que concentra un mayor grado de deslocalización. Para no hacer anticipar nada al lector de la novela, recordaré cuál era el grado de deslocalización en el caso del Prestige, el cual no era, ni mucho menos, una situación inusual. No sólo navegaba con pabellón de  convenienia las Bahamas, era propiedad de una empresa liberiana, con un armador griego, que llevaba una carga de empresa suiza controlada por una empresa rusa. El barco había sido revisado en China, inspeccionado en Fujairah, con arreglo a unas normas estadounidenses. Una situación parecida es la que aparece en Offshore, aunque los actores los tendremos que encontrar en otros rincones del mundo.

Las historias de Jaritos nos conducen a interrogantes morales. Y aquí aparecen de muy diverso tipo: desde el propio que es descrito al final de la novela, el del nuevo Subdirector General y el del comisario. Pero también el conflicto que se percibe con algunos de los policías que colaboran con Jaritos. No podemos obviar, como conflicto moral, el de los refugiados de diversas partes de Oriente Medio huyendo de conflictos antes de que la situación griega les engulla.

Como todas las novelas de la serie Jaritos, es de lectura fácil y amena.

Novela

Offshore

Petros Markaris

Traductora: Ersi Marina Samará Spiliotopulu

Editorial Tusquets (2017)

288 páginas