El comisario Jaritos es ascendido provisionalmente en el momento en que estalla una ola de crímenes en Atenas, cuyas víctimas son profesores de Universidad que se dedican a la politica. Unos cultos mensajes reivindicativos recuerdan la Universidad que fue y la que es hoy con el fenómeno de las puertas giratorias entre Universidad y política. Unas puertas giratorias que suponen, en esencia, El Paso de la teoría a la práctica, la transferencia de conocimiento para la protección del interés general.
Pero para mí, la nueva novela de Petros Markaris, Universidad para asesinos, nos ofrece un panorama de algunos aspectos cotidianos de la vida universitaria: la salida de profesores para adentrarse en otros campos de la vida pública; o el más cotidiano de la pequeña o gran controversia que existe entre los distintos grupos que poblamos la Universidad, especialmente el del profesorado y el del personal de administración y servicios. Todo ello aderezado con la opinión de los estudiantes sobre el desempeño del profesorado. Sí, ya sé que está ambientada en Grecia y que la Universidad española no es exactamente así… aunque se parece mucho. El guiño a Alemania resulta, cuando menos, curioso, aunque me recuerde aquel libro de Beck titulado “Una Europa alemana”.
Una novela bien planteada y que plantea alguna dificultad narrativa derivada de la dificultad que tiene armar unos crímenes sobre puertas giratorias en la Universidad. Una dificultad solventada de forma sorprendente por Markaris. Tan sorprendente como la aparición de nuevos maestros de la cocina que van relevando a Adrianí de dicha tarea.
Esta novela me la regalaron y esta breve reseña debe servir de agradecimiento a Carlos por dejarla en mi despacho. Gracias!