Una gran novela. Por lo que cuenta de historia, por lo que cuenta de ficción, por la interacción entre ficción y realidad. Por cómo lo cuenta. Por cómo se va reinventando la trama con los sucesivos pacientes del Doctor García, hasta que al final, el plural se singulariza.  Por cómo cuenta los amores y desamores, las relaciones paterno filiales, la relación entre vida y muerte, por la convivencia entre vida ficticia y real. 

La novela está dividida en dos partes: lo acaecido durante la guerra civil y el homenaje que hace la autora a los servicios sanitarios de la II República en el Madrid sitiado; especialmente a las novedosas unidades de transfusión de sangre impulsadas primero por Norman Bethune, el cirujano que llevó sangre a los frentes de batalla; y desarrolladas después por médicos republicanos. Una historia que termina de forma abrupta el 1 de abril de 1939. Ahí los protagonistas se tienen que reinventar para sobrevivir.

La novela alcanza un hilo especial cuando la historia pasa a ser la del franquismo posterior a 1945 y, en particular, cuál es el rol que juega el régimen en la protección de los criminales de guerra nazis que encontraron su cobijo particular entre nuestro país y Argentina. Es la historia de Clara Stauffer, que dirigió desde su piso madrileño una red clandestina, que ayudó a 800 criminales de guerra a burlar la justicia internacional; incluidos los 104 que estaban en el listado solicitado al dictador. Messerschmitt, Johannes Bernhardt, Adolf Eichmann, Leon Degrelle, Ante Pavelic, Maria Petacci, Otto Skorzeny… aparecen a lo largo de las páginas del libro de Almudena Grandes. 

No es un ajuste de cuentas con el franquismo. Es una trama real y muy interesante que nos coloca frente a la ominosa protección del régimen a los criminales de guerra. Una parte poco conocida de la historia y que ha salido a la luz de la mejor forma posible, con una interacción admirable entre ficción y realidad.

Es ahí también donde se desarrolla una trama familiar muy rica, que enfrenta a uno de los protagonistas con sus paternidades, sus derrotas sentimentales y la sensación final de victoria personal. Es también, la historia que ilustra eso de que lo único que funcionaba bien en el franquismo era el PCE, frente a la chapuza generalizada del régimen.

Y, en fin, la novela es la novela de la segunda derrota de la guerra civil; la que se produce cuando los estadounidenses olvidan lo prometido y mantienen a Franco en el poder a pesar de estar perfectamente probado y documentado el apoyo de éste a los criminales de guerra. Es ese lamento de ¿qué hemos hecho nosotros para ser peores que los nazis a ojos de los estadounidenses? 

Al final, la sensación de derrota es aún mayor cuando el protagonista exiliado se enfrenta a un nuevo exilio. Un exilio que enfrenta a la idea de que aquí y allá los malos van ganando la batalla de la historia.

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