La literatura infantil es posiblemente la más complicada. El autor, normalmente un adulto, se ha de meter en la cabeza, el lenguaje y los intereses de personas menores, con la dificultad que supone de atracción; muy superior a la que hay cuando un adulto escribe para adultos. Una fase en la factura que es especialmente importante, ya que es el momento en el que se puede desarrollar el interés por los libros y el menor transformarse en un voraz lector, durante toda la vida.

En este caso, la familia Astigarraga Fach ha suplido con la menor integrante de la familia, Inés, esta dificultad, en la medida en que se ha incorporado como autora y con ello hay garantía de que el libro salga adaptado a ellos, con los ojos de una estudiante de Primaria. Con ello, además, se ha conseguido que Inés se inicie en las tareas de la escritura. Algo tan complicado y mágico que imaginamos que ya formará parte de su vida para siempre.  Y más si utilizan en sus novelas animales tan fascinantes como los ajolotes

Es, en este sentido, una novela peculiar, coral, en donde dos adultos y una menor dan forma a una agente, la Agente Palomitas, que tiene que encontrar una pareja de ajolotes que han desaparecido del Acuario de San Sebastián. Una desaparición que ocurre cuando Elba estaba a la búsqueda de un nombre para los animales, en el marco de un concurso que se convocó en el colegio. Un libro familiar, en la medida en que toda la familia participa en la búsqueda de los animales. 

La trama está clara: la búsqueda y recuperación de los animales mexicanos. El momento parece el más adecuado: el verano, con lo que nos encontramos ante un libro sobre el verano donostiarra, que conocen bien los autores del libro. Y, además, es un libro en el que los elementos esenciales de la novela policial están presentes, adaptados a la mentalidad de los menores. Es, en este sentido, un libro para una edad anterior a la de los libros de Enid Blyton (Los cinco, los siete secretos…) o Jerry West (los Hollister), por recoger los libros con los que pasé algún verano en la Costa del Sol. De ahí viene también mi interés por la novela policiaca. 

Los dos adultos de el trío autor de “La agente Palomitas” son profesores de universidad en la Universidad de Zaragoza. No tema el lector, que han adaptado la forma de escribir de una jurista y un economista para que la obra sea apta para la lectura de un menor. El examen que hice, lo superaron con nota.

Ahora sólo toca a la familia Astigarraga Fach volverse a poner el hábito de escritores y sacar la segunda historia de la Agente Palomitas. Seguro que su público está esperándolo con ansias.