“Como leones”, la segunda novela de Brian Panowich que publica la Editorial Siruela. Una novela que continúa la saga de Bull Mountain y que están ambientadas en la zona del Estado de Georgia (EEUU) donde se encuentra ese pico montañoso.
Es, como la anterior, una novela con mucha violencia. Una violencia articulada sobre la presencia de mafias de segunda generación que no guardan las reglas básicas de convivencia que tenian sus predecesores. Una violencia en la que meten a sus propios hijos. La escena de los adolescentes abrasados mientras hacían droga es muy expresiva.
Una violencia que se inserta en una novela muy bien estructurada, con un ritmo interpretativo vibrante que permite al lector meterse en la trama inmediatamente. Y con un final realmente sorprendente. Todo ello, más allá de la dificultad que supone el seguimiento de un considerable número de personajes principales y secundarios que ocupan perfectamente su papel.
Es también una novela sobre relaciones, personales, de pareja y familiares. Personales en las que tienen los miembros de cada clan y con los de los otros; de pareja especialmente en las complejas que tienen Kate y Clayton; así como ella con una expareja. Y las familiares, aparentemente protectoras pero que ponen en situaciones de riesgo a sus integrantes. Dentro de ellas, la carga familiar para el sheriff Clayton introduce un elemento casi de psicoanálisis.
Y es, en fin, una novela de personajes. Tres mujeres y dos hombres. Twyla, la viuda del fundador, y madrina del clan, la gran autoridad de uno de los grupos que se opone a Vanessa, como representante de la nueva generación para la que la vida carece de relevancia en el momento en que se interpone en sus ambiciones. Y Kate, cuyo papel trasciende mucho del de abnegada ama de casa que pudiera aparentar. Dos hombres: Wallace Cobb, que responde al prototipo del consigliere con todas las connotaciones que tiene esa posición en las organizaciones, especialmente las mafiosas y que tan bien describen Mario Pizzi y Coppola en El Padrino. Y el sheriff Clayton, adicto al whisky, con una discapacidad fisica y, sobre todo, con el trauma familiar y el personal de integrante del clan Burroughs; con ansias de superación de ser un hombre de paja de su clan mafioso.
Por último, es una novela extraordinariamente bien ambientada. Se ven y se huelen los lugares en donde se van sucediendo crímenes en este ambiente sureño de los Estados Unidos.
Todo lo cual no deja de ser una novela sobre el poder, el poder entre bandas, el poder en las bandas y el poder en relación con la autoridad establecida.
La novela se inserta en el movimiento rural noir; que está teniendo mucho éxito en Francia o los Estados Unidos. Un subgénero dentro de la novela negra en donde el elemento diferencial es el conocimiento del autor del mundo que describe (territorio físico pero también de relaciones) y cómo inserta la trama criminal. En el caso de Panowich, antiguo bombero, sus dos novelas traducidas al castellano son la manifestación de conocer las claves y saber llevarlas a una novela. El requiebro final da la perspectiva de un cambio que esperamos ansiosos.