NO-COSAS, de Byung-Chul Hang
La cuarta revolución industrial está transformando numerosos aspectos de nuestra existencia. Se supone, incluso, que los años venideros -tal como se lleva vendiendo en los años anteriores- serán un vergel de nuevos elementos que cambiarán el mundo tal como lo hemos conocido.
No-Cosas, última obra del filósofo alemán Byung-Chul Hang, aborda la perspectiva de la inmaterialidad en la que se está transformando la existencia. No hay cosas, sino que en la mayor parte de los casos hay información que entra de forma inopinada a través de los múltiples dispositivos que tenemos a nuestra disposición.
Desde una perspectiva económica, el cambio es claro. Hemos pasado de una economía industrial a otra de servicios y ésta, a su vez, ha evolucionado hacia la digitalización. La No-Cosa va camino de ser la consecuencia de que no hay nadie que haga cosas. Los procesos de industrialización se ven sólo como manifestaciones de la economía digital, como está ocurriendo en estos fondos europeos para salir de la pandemia del Covid19.Se aborda hoy cómo el proceso de digitalización ha de llegar a la pequeña empresa, lo cual se configura como un elemento para su supervivencia.
Al individuo también le llega este cambio. Un cambio en el que los bienes pierden valor, económico y también sentimental, y se sustituye por el valor informacional. Perdemos valor en el trabajo que hacemos y algunos lo quieren por la disposición a estar conectados y a disposición en cualquier momento. No estar presente es un signo de mal desempeño, con independencia de que la actividad se haga bien o no. La apariencia se considera como la información relevante para valorar un trabajo porque es más simple que el conocimiento de la realidad.
Las propias relaciones humanas están marcadas por este hecho, y el contacto real está siendo sustituido por el virtual. La hiperconectividad impide valorar el silencio y las relaciones reales se sustituyen por correos electrónicos o mensajes de algún sistema de mensajería electrónica que invade nuestra privacidad a diario. No cosas, mensajes, que sustituyen el valor de la carta o la conversación y sobre todo el contacto físico.
Decía antes que estamos en un momento de inicio de la gran transformación. Lo que se avecina se articula a través de la inteligencia artificial que, como señala el autor no es inteligencia sino capacidad de generar pautas a través de lo que se repite, sin capacidad, hasta ahora, de pensar, en el sentido de generar pensamiento disruptivo..
El libro no debe entenderse, en mi opinión, como una oda a la tradición sino como una forma de alertar del riesgo de la sociedad que viene.
Es una obra que, pese a tener un esqueleto de cuestiones razonablemente bien trazadas, incurre en el vicio de la erudición y la cita como vía para esconder un desarrollo limitado. La regla de que en el momento de escribir un ensayo hay que gastar un 70% en pensar, un 30% en leer y un 10% en escribir, se ha alterado sustancialmente. Posiblemente, porque una manifestación de la No-Cosa, la inmediatez y la necesidad de publicar le ha hecho que esta obra vea la luz antes de lo debido. Lo que, sin duda, hace perder interés a un estudio sobre un aspecto esencial de la sociedad de la cuarta revolución industrial.