Un arma homicida simple, un cuchillo, vertebra una novela compleja, un puzzle en tres actos que da respuesta al asesinato de Rakel, la pareja intermitente de Harry Hole. Un asesinato que trunca la expectativa recíproca de volver a estar juntos.
Una novela que juega al despiste, de numerosas pistas que se van cerrando y que, sin embargo, encuentran su justificación en el previo al desenlace final de la novela. Una novela sobre la razón de ser y las limitaciones del estado de derecho en el esclarecimiento de un crimen, resuelto por conductos no oficiales y en medio de la lucha entre dos cuerpos policiales, uno de los cuales odia a Hole.
Pistas que conjugan la situación de los antiguos soldados en Afganistán e Iraq, Svein Feinn, aquél violador en serie atrapado por Hole que acaba de salir de la cárcel y el propio Hole que puede ser acusado en medio de sus borracheras de whisky Jim Bean.
Como en toda novela de esta serie, Cuchillo es un libro también sobre la tristeza y autodestrucción del protagonista; al que vimos en circunstancias aún peores en Hong Kong de las que le sacó un personaje relevante de nuevo aquí, Kaja Solness (y que apareció antes en El leopardo (octava entrega de la serie Harry Hole)). Porque en el fondo también es un libro sobre cómo surge alguien en la vida de una persona que puede encubrir (porque el dolor de la muerte no se olvida, está siempre ahí, pase el tiempo que pase) la profunda tristeza que tiene Hole.
Hole es un personaje duro, desagradable en muchas ocasiones pero que resulta tremendamente atractivo para los que seguimos esta serie de novelas que va por su decimosegunda entrega. Y ésta es una novela muy dura con el protagonista, nada de la complacencia y felicidad que había en La sed (Harry Hole 11) o Policía (Harry Hole 10).
Es precisamente ese atractivo el que surge en el interior de los libros y que acaba desplegando la erótica del carisma, del antihéroe especialmente preparado para el puesto que ocupa y que no forma parte del sistema, con todos las dificultades que tiene ser un outsider. Un atractivo con consecuencias relevantes, no sólo en este libro -es una de sus claves- sino también para la próxima entrega, abierta en un aeropuerto.