Aravaca no tiene biblioteca. Tiene planificado un instituto con la parcela ya definida; que sin embargo no se ha construido y cuya implantación ha supuesto la acumulación de estudiantes en el Colegio Rosa Luxemburgo. No hay metro que nos conecte directamente con el centro de la ciudad ni hay comunicaciones directas para ir en bicicleta a Madrid. Pero, sin embargo, la ocurrencia del Alcalde Jose Luis Martínez Almeida es gastarse 16 millones de euros en el macro parking de Aravaca, cerrado y de pago, con unas mil plazas de aparcamiento y 5 plantas.

De hecho, se podría recordar que la zona en la que se va a ubicar tiene carencias importantes. Las calles precisan un asfaltado. No hay árboles en la Avenida del Talgo, donde se va a instalar. Los elementos de reducción de velocidad o están en mal estado o brillan por su ausencia. Dicho de otro modo, visto lo señalado al comienzo y lo que se acaba de indicar, desde la perspectiva de las carencias del barrio, hay otras que resultan más acuciantes.

Pero no es sólo éste el problema. Construir un macroparking que quiere ser disuasorio en el centro de un barrio constituye un instrumento básico para el incremento del tráfico. Que tenga esa presunta naturaleza disuasoria constituye el único motivo para su construcción, teniendo en cuenta que será un parking de 1000 plazas y  5 plantas. 

Pero hacer un parking disuasorio alejado de la A6 y de la M501 supone introducir en un núcleo urbano consolidado un número considerable de vehículos que generarán más contaminación, ruido, molestias (así como una degradación estética del barrio). No sólo eso, sino que el tiempo que se tarda desde estas vías hasta el aparcamiento hará que no cumpla su función… y eso por no hablar del atasco que tendrá que padecer para llegar al interior de la M40. 

O, hablando en plata, si no quiere entrar en Madrid con el coche, tiene muchas opciones de disuasión anteriores a este parking 

Asimismo, el ferrocarril desde que el se pretende que se entre en Madrid tiene dos problemas que hacen que el parking no vaya a cumplir su función: por un lado, la frecuencia de los ferrocarriles de cercanías es manifiestamente mejorable y, en segundo lugar, si lo que se pretende es reducir el tráfico de entrada en Madrid de la A6; esta línea de ferrocarril transcurre paralela a dicha autovía y tiene aparcamientos disuasorios en Las Rozas, Majadahonda, Las Matas, Pozuelo o el Barrial…

En el barrio sobran las plazas de aparcamiento en superficie. De hecho, el aparcamiento gratuito de ADIF, en superficie, nunca está lleno. Como medida de ordenación y de previsión de futuro, se podría ampliar el dicho aparcamiento en alguna de las parcelas colindantes.

Este macroparking forma parte de una red que está impulsando el Alcalde y que no constituye una solución para el problema del tráfico (sin duda, la mejora del transporte público contribuiría muchísimo más) sino un mal uso de los recursos públicos, unos recursos que son escasos. Ni dinamiza el entorno, ni mejora el tráfico, ni mejora el aparcamiento. Es la receta de siempre: construir para que se vea que se hacen cosas cuando la realidad es de mala, muy mala gestión.