Virginia tuvo la suerte y la sabiduría de vivir varias vidas, tanto en el ámbito profesional como en el personal y geográfico. Construyó con su esfuerzo cada capítulo de su existencia, disfrutó con intensidad adolescente de los buenos momentos y cerró la puerta de los capítulos acabados con prudencia y elegancia.
Virginia supo labrarse una carrera jurídica sin duda extremadamente destacada, pese al hecho de que ser una mujer inteligente no siempre le benefició. Sin embargo, cuando la evoco mis recuerdos escapan del mundo de la abogacía. A mi mente regresan una y otra vez imágenes de momentos de asueto, de conversación polifónica, de agudas miradas sobre el mundo que nos rodea, que tuve la fortuna de compartir con ella en esta última década.
Como sólo consiguen hacer las personas realmente excepcionales, Virginia no se dejó arrastrar por ese frenesí vital que parece habernos poseído a todos. Ella nunca me transmitió premura o ansiedad. Al contrario, siempre halló tiempo para tomar un café pausado conmigo, para conversar plácidamente, para visitar mi ciudad y escrutarla desde una nueva mirada, para mostrar afecto sincero hacia mi familia. En definitiva, para vivir y dejar huella de esa vivencia en quienes la conocimos.
En estos momentos rememoro a la lectora exquisita que era Virginia y la imagino con ojos brillantes, disfrutando de cada una de las palabras de esos libros de relatos cortos y de ficción que la acompañaron durante toda su vida. La evoco también sonriendo en plena naturaleza, tras haber dado un largo paseo junto a su fiel compañero Fede, rodeados de sus animales más queridos.
Esta breve semblanza rezuma felicidad. Así recordaré a Virginia siempre.
BREVE NOTA BIOGRÁFICA
Virginia Allan estudió derecho en la Universidad de Arizona (James E. Rogers College of Law) y se colegió como abogado en el estado de Nueva York. Tras ser law clerk del Hon. Roger J. Miner (U.S. Court of Appeals for the Second Circuit, Albany New York), desarrolló una larga y fructífera carrera profesional en España. Fue asociada en Garriges y Shearman & Stearling LLP y posteriormente consejera en Uría Menéndez y Allen & Overy. Durante unos años, compaginó su actividad profesional como abogada, mediadora y árbitro con una plaza de profesora asociada en la Universidad Carlos III de Madrid.