Esta legislatura no ha sido la más productiva en obras públicas. Las dificultades económicas redujeron el gasto en ellas y sólo el Plan Juncker puede impulsar las de impacto europeo. No obstante, por recurrir a la colaboración público privada, tiene dificultades de concreción y ejecución.
De estos 4 años, hay algunos elementos que merecen resaltarse:
- La privatización parcial de AENA. Prevista para sanear las cuentas públicas, tiene un problema grave: se ha hecho muy mal. Las acciones se pusieron a la venta a 57 y desde entonces cotizan en Bolsa entre 95 y 105. El Estado dejó de percibir un 40% aproximadamente.
- Los problemas con obras públicas otorgadas a la iniciativa privada. La quiebra de las autopistas de peaje de la legislatura 2000/04 obliga a su rescate (que, pese a estar encima de la mesa en los últimos 3 años, se deja para la próxima legislatura). Problemas equivalentes hay en el aeropuerto de Ciudad Real. Mala planificación y mala asunción de riesgos por el sector privado que acabamos pagando todos.
- La ausencia de una política de mantenimiento de carreteras. Es el dato de mayor gravedad, cuyos efectos se manifiestan en el aumento de la siniestralidad. La planificación es de construcción y mantenimiento y esto último no está interiorizado.
- La ausencia de impulso a proyectos estratégicos que “hacen país” social y económicamente: el eje Mediterráneo (y, en particular, el desdoblamiento de la línea férrea entre Castellón y Tarragona), la Y vasca (paralizada conjuntamente entre PP y Bildu), la integración del puerto más importante de España (Algeciras) con las redes de ferrocarril y autovías de alta capacidad; o los accesos a Santander y Asturias por ferrocarril.
- El uso del metalenguaje para definir algunos proyectos, como el mal llamado AVE a Palencia y León, que no llega a la velocidad requerida para ser “alta velocidad” por el uso la señalización visual ASFA que limita la velocidad a 200 km/h
Además, hay una cuestión sobre la que quiero llamar la atención: la necesidad de evolucionar hacia un sistema de comunicaciones sostenible ambientalmente. Evitar la contaminación que asola estos días Madrid o Asturias y, con carácter general, el calentamiento global, obliga a impulsar el transporte colectivo y el no contaminante, especialmente en distancias cortas. Más y mejor tren de cercanías. Y ¿por qué no? diseñar una red de vías interurbanas para bicicletas, como en Holanda o Alemania.